El pasado es completamente distinto si se cuenta de una manera o de otra, incluso con piezas esencialmente verídicas. La memoria es la manera en la que una persona se cuenta el propio pasado a sí misma. Ninguna memoria, como muestra gráficamente la película, se ajusta a lo que realmente pasó. Por otro lado, en cierto modo, conservar la memoria de uno es como conservar la vida, pues somos esencialmente la memoria que de nosotros mismos tenemos (un tema que vimos muy bien resuelto en la excelente película que ya subí, "Memento") y la que otros tienen de nosotros.
Esta película tiene muchos momentos shockeantes de alguna manera, que llaman a nuestra reflexión. Uno de ellos es cuando Dalila (Mira Sorvino) le responde a Hackman ante la pregunta de si alguna vez ha visto una de esos memoriales: "Una vez, vi el de mi ex novio, pero no lo terminé. Simplemente no era él, no el hombre que yo había conocido. Tal vez los recuerdos salieran de su implante, pero los momentos que reflejaban no eran los que había vivido yo a su lado. Preferí seguir recordándolo a mi manera."
Y por supuesto, cabe preguntarse, llegado el caso, cómo podría afectar a la psicología humana el saberse grabado constantemente para una vida posterior, como una especie de inmortalidad sin nosotros. Algunas personas, argumenta bien la película, se sienten cohibidas y fingen vidas agradables contra su propia natura, hasta crearse una esquizofrenia y recurrir al suicidio. Quedan bien ante la historia, pero renuncian a la vida auténtica. Otras personas no lo aguantan más, y simplemente bloquean el dispositivo. Porque, y es otro tema importante: ¿dónde queda la intimidad cuando todo lo que haces es registrado y observado después por alguien, que juzga y monta sobre ello? ¿No es obsceno la exposición pública de lo que alguien ha visto mientras surge de la vagina de su madre parturienta, sus primeros pasos, su primer beso, su primer suspenso, su primer afeitado, etc? ¿No es acaso algo peor incluso que el criticado programa de TV "El Gran Hermano"? Porque luego está también el asunto del vouyerismo de los que miran, de los que consumen una vida ajena.
Por eso resulta oportuna la representación en la película de un muy plausible grupo de oposición, similar a los actuales ecologistas, partidarios del recuerdo subjetivo y de la vida en privacidad, del derecho al olvido y la oscuridad, y de abrir los ojos como a cada uno le dé la gana.
Increíble película. Con suspenso, con una forma diferente de ver la problemática viste en The Truman Show, y el tema de la memoria, visto en Memento y The Butterfly Effect (se nota que me gustan éste estilo de películas). Además, actuando Robin Williams, no se puede esperar menos.
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